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En un futuro ciberpunk distópico, The Dreamtrack Corporation ha acaparado el mercado del entretenimiento, vendiendo DreamTracks, aventuras y experiencias soñadas o imaginadas que pueden ser disfrutadas por los consumidores. El jugador es Chad, un soñador de DreamTracks que ha descubierto que la Corporación Dreamtrack está utilizando los DreamTracks para destruir las mentes de la gente. Decide irrumpir en el cuartel general de Dreamtrack. Para superar los sistemas de seguridad de alta tecnología, su novia, Kaf-E, acepta entrar físicamente en el edificio, mientras Chad entra en un mundo de realidad virtual, inspirado en Neuromancer, para hackear y desactivar las defensas controladas por ordenador.

La acción se desarrolla principalmente en dos modos: un entorno ciberpunk en 3D y un mapa esquemático en 2D donde se encuentran los puzles. Los objetos 3D del entorno ciberpunk representan objetos como puertas de seguridad y cámaras. Para desactivar los dispositivos del mundo real, hay que destruir los objetos 3D. La resolución de los puzles consiste en determinar qué objetos hay que desactivar y en qué orden. El jugador también debe enfrentarse a las defensas virtuales, representadas por naves enemigas que suponen una amenaza para la capacidad del jugador de conectarse al sistema, y que deben ser derrotadas.