Syberia - Noticias

En el juego, el jugador controla las acciones de la abogada estadounidense Kate Walker, que es enviada a un remoto pueblo francés para finalizar la adquisición de una fábrica de juguetes. Una vez en el pueblo, Kate se entera de que la mujer propietaria de la fábrica acaba de morir, y que tiene un hermano con el que hay que ponerse en contacto para que la adquisición siga adelante. Su misión la lleva a través de Europa Central y del Este, lo que la lleva poco a poco a cuestionarse su propia vida. La isla de Syberia es una isla mítica en la que se dice que viven los mamuts.

El juego comienza con la llegada de Kate al ficticio pueblo francés de Valadilène y la asistencia al funeral de Anna Voralberg, propietaria de una fábrica de juguetes de muelle-automatón de propiedad familiar. Cuando Kate visita al notario del pueblo para cerrar el trato, éste le cuenta que, justo antes de la muerte de Anna, la anciana le reveló que su hermano no está muerto y enterrado, sino vivo en algún lugar del noreste. Ahora que su hermana ha muerto, Hans Voralberg se convierte en el nuevo propietario de la fábrica, que no puede ser vendida sin su aprobación. Kate no tiene elección: si quiere que la adquisición tenga éxito, tendrá que encontrar a Hans. La investigación de Kate revela que Hans se lesionó en su intento de recuperar un muñeco prehistórico de un hombre montado en un mamut. Ello impidió su desarrollo, dejándolo mentalmente discapacitado, y el único objetivo de Hans se convirtió en encontrar mamuts para montarlos como en el muñeco.

Para encontrar a Hans, Kate debe tomar su tren: una locomotora de relojería construida por su hermana a petición suya. Está tripulada por Oscar, un hombre animatrónico aficionado al protocolo al que Kate debe satisfacer para poder partir. Se ve obligada a sumergirse en el pasado de Hans para recuperar dos objetos de valor para él: el muñeco de mamut y una caja de música de relojería.

Mientras sigue el camino de Hans, Kate se dirige a Barrockstadt, una universidad en decadencia cuya estación de tren hace las veces de jardín botánico. El tren se detiene antes de llegar al mecanismo de enrollamiento, por lo que Kate debe hacer un trueque con una pareja cercana que tiene una barcaza. Insisten en que se les pague 100 dólares por su ayuda, así que Kate tiene que arreglar el quiosco de música de la universidad, que está roto, para conseguir la ayuda de la terca junta directiva de la universidad. Por el camino, recibe una lección sobre la leyenda de Syberia y las costumbres del misterioso pueblo prehistórico Youkol, que vivía con los mamuts y era capaz de domesticarlos. Antes de poder abandonar Barrockstadt por completo, debe pasar el gran muro que impide la salida de su tren.

La siguiente parada es Komkolzgrad, un polvoriento complejo minero industrial de la época comunista con dos gigantescos autómatas obreros metálicos que dominan las vías. El lugar está dirigido por el excéntrico y algo loco Serguei Borodine, que roba las manos de Oscar para hacer funcionar su autómata-organizador. Tiene la intención de construir el mayor escenario posible para Helena Romanski, una cantante de ópera fracasada con la que está obsesionado. Kate no tiene más remedio que ir a buscarla a un balneario cercano de Aralbad en su nombre. Serguei dirige a Kate al cosmódromo adyacente para que la transporte.

En el cosmódromo, Kate conoce al antiguo piloto de pruebas Boris, un borracho que sueña con volar al espacio en un "ala voladora" inventada por Hans. Tras recuperar la sobriedad, le enseña a Kate a manejar una vieja aeronave a cambio de su ayuda para hacer que el ala voladora funcione. También le advierte a Kate que no confíe en Serguei. Una vez que Boris se pone en marcha, ella aprovecha su consejo para lanzar el dirigible y parte hacia Aralbad.

En el balneario de Aralbad, Kate conoce a Helena después de burlar al gerente. La anciana cree que es demasiado vieja para cantar, ya que ha perdido su legendaria voz, capaz de romper cristales. Con un cóctel especial mezclado en el bar y una copa de vino, Kate convence a Helena de que aún puede cantar. Helena acepta ir con Kate.

La actuación en Komkolzgrad no sale como estaba previsto: aunque la voz de Helena sea hermosa (canta "Dark Eyes"), eso no impide que Serguei la encarcele, ya que quiere mantener a Helena a su lado como su cantante de ópera personal. Kate consigue liberar a Helena y recuperar las manos de Oscar, pero Serguei no está dispuesto a rendirse sin luchar y utiliza a los trabajadores-autómatas para bloquear el tren. Un poco de dinamita de repuesto acaba con el problema y Kate lleva a Helena de vuelta a Aralbad. Sorprendentemente, nada menos que Hans Voralberg está esperando allí en el balneario, encantado de que Kate le haya traído su tren y a Oscar. Hans muestra poca preocupación por la muerte de su hermana y firma los papeles de liberación de la fábrica sin siquiera leerlos. Se ofrece a llevar a Kate, pero ella se niega inicialmente. Sin embargo, cuando está a punto de subir a un avión para volar de vuelta a Nueva York, cambia de opinión y se sube al tren en el último segundo, abandonando su trabajo y a su prometido infiel de vuelta a casa para ayudar a un anciano a realizar su sueño.